lunes, 22 de octubre de 2012
La eterna disyuntiva
Cuando te llamo porque me siento mal, porque estoy triste o porque no he tenido un buen día, no quiero que me digas qué tengo que hacer. Soy perfectamente capaz de saberlo por mí misma. Solo quiero que me entiendas, que me des unas palmaditas en la espalda, y me apoyes. No es tan difícil.
Viva el compañerismo
Estoy a punto de matar a alguien. A veces me da la sensación de que vivo en un nido de víboras, y me hostilizo y me dan ganas de romper huesos. Hoy es uno de ésos días en los que, si me dieran a elegir, pediría irme a un recóndito rincón en una isla desierta. ¡Y pobre de quien se acercara a menos de un kilómetro de mi persona!
Tengo un par de compañeras de clase a las que hace cuatro años consideraba amigas, a las que llamaremos MyC. Separaría sus iniciales, pero como siempre SIEMPRE siempre van juntas como dos lapas siamesas, no creo que pase nada por considerarlos un solo ente semi-humano. MyC son (lo siento mucho pero así es) las chicas más feas de clase, son inmaduras y no tienen conversación, pues a pesar de que sacan buenas notas y no son unas HIJNORANTES de la vida tienen menos cultura que mi perro, pero si me dijeras que son majas y buenas personas -como yo pensé al principio- pues no pasaría nada. No. La cuestión es que son recelosas, les supura envidia por cada poro, siempre buscan quedar por encima del resto, se ríen cuando cometes un error, se alegran de sacar más nota que tú, suben a todos los despachos de todos los profesores para destacar sobre el resto... Ya hablé de ellas en ESTA entrada de hace bastante tiempo, pero evité ponerles un "nombre" porque confiaba en no tener que mencionarlas más.
Bueno. Al empezar la universidad me junté con ellas y otra chica (contra la que no tengo absolutamente nada, que conste en acta), íbamos siempre las cuatro. Hasta que empezaron a tocarme las narices con sus actitudes que cada vez me parecían más fuera de lugar. Primero fue hablar con los profesores porque mi amiga y yo no queríamos quedar donde ellas decían (casa de una de ellas) y fueron contando que no queríamos trabajar, que nos suspendieran. Luego intentando ponernos en evidencia delante de un grupo de chicos... si tuviera que ponerme a hacer memoria de todas y cada una de las movidas que hemos tragado sin montar un pollo proporcional a lo que nos han hecho por no perjudicar una "supuesta amistad", no acabaría. Mi amiga y yo hemos acabado pasando de ellas bastante, yo me estoy yendo con otro grupo que parece más cabal, y ellas se quedarían solas si se dieran por aludidas de lo que ocurre. Que esa es otra: actúan como si no pasara nada, vienen detrás de nosotras y siguen tan panchas.
Este año tenemos una asignatura en la que debemos aprender a manejar el Adobe Illustrator. Resulta que, por lo que sea, yo tengo más facilidad a la hora de hacer composiciones y utilizar este programa. Así que MyC, junto con otras compañeras de clase, me pidieron que les ayudara porque no entendían nada. Yo, TONNNTA de mí, me he ofrecido a estar algunas tardes de la semana pringada para que ellas aprendan y hagan bien sus prácticas, que no suspendan los trabajos que nos manda la profesora, y que tengan una buena base.
Hace un par de semanas la profesora nos explicó en qué consistía el trabajo final de la asignatura. Que si suspendes ése trabajo suspendes la asignatura, que debe ser perfecto o no nos lo contará... bla bla bla. Desde entonces, he estado planificando mi tema con mi compañera de trabajo, cómo vamos a enfocarlo, cómo distribuir el espacio, pensando y descartando infográficos buenos/malos/adecuados... hoy era el día en el que teníamos que exponerle nuestras propuestas.
Llego a clase, y está cerrada el aula, así que me quedo en el pasillo. En eso, aparecen MyC:
MyC - ¡Hola! ¿Ya sabes de qué hacer tu trabajo?
Loba - Sí, vamos a hacerlo sobre los volcanes del mundo según peligrosidad. Luego otro acerca de cómo se forman, otro de sus partes... vamos, que lo tenemos todo pensado ya.
- Aaaaah... jo, qué chulo... nosotras hemos pensado hacerlo de deportes.
- Tampoco está mal. Ya hemos pensado cómo hacerlo y eso, ¿vosotras?
- Sí, ¿cómo lo vais a hacer?
- Pues... -y aquí, alma cándida, se lo explico.
- Aaah.. pues tampoco es tan buena idea, ¿eh?
Llega la profesora, abre la puerta, y veo que entran a toda prisa cuchicheando entre ellas.
La clase empieza, continúa en sopor. Y cuando ella nos avisa que recojamos, se acercan MyC corriendo a ella. Y empiezo a oír cómo le dicen en voz baja:
- Pues lo vamos a hacer de volcanes...
- Sí, de volcanes, según cómo son de peligrosos.
- Ah, está muy bien porque es muy interesante para infografiar.
- Sí, hemos estado pensándolo durante todo el fin de semana y vamos a hacer un mapa central, luego a la izquierda uno descriptivo de cómo se forman... en la derecha sus partes... jeje.
- Sí, sí, muy buen tema- les dice-. Muy bien, chicas.
.... Mi cara. No sé cómo ha quedado mi cara, pero me he ido directa a ellas.
- ¿De qué decíais que lo ibais a hacer?
- Jejeje- MyC se ríen nerviosamente- es que teníamos en la lista los volcanes... y le hemos dicho el de deportes y no le ha parecido bien... entonces le hemos dicho eso...
....
LA GENTE ES MUY ZORRA.
No tengo nada más que decir, sólo que estoy que echo fuego. Me siento fatal. Me siento gilipollas, me siento algo parecido a cornuda, me siento imbécil perdida. Pues que se olviden de mi ayuda y que se olviden de todo. La gente es muy hija de puta.
Y me he quedado sin tema de trabajo.
Tengo un par de compañeras de clase a las que hace cuatro años consideraba amigas, a las que llamaremos MyC. Separaría sus iniciales, pero como siempre SIEMPRE siempre van juntas como dos lapas siamesas, no creo que pase nada por considerarlos un solo ente semi-humano. MyC son (lo siento mucho pero así es) las chicas más feas de clase, son inmaduras y no tienen conversación, pues a pesar de que sacan buenas notas y no son unas HIJNORANTES de la vida tienen menos cultura que mi perro, pero si me dijeras que son majas y buenas personas -como yo pensé al principio- pues no pasaría nada. No. La cuestión es que son recelosas, les supura envidia por cada poro, siempre buscan quedar por encima del resto, se ríen cuando cometes un error, se alegran de sacar más nota que tú, suben a todos los despachos de todos los profesores para destacar sobre el resto... Ya hablé de ellas en ESTA entrada de hace bastante tiempo, pero evité ponerles un "nombre" porque confiaba en no tener que mencionarlas más.
Bueno. Al empezar la universidad me junté con ellas y otra chica (contra la que no tengo absolutamente nada, que conste en acta), íbamos siempre las cuatro. Hasta que empezaron a tocarme las narices con sus actitudes que cada vez me parecían más fuera de lugar. Primero fue hablar con los profesores porque mi amiga y yo no queríamos quedar donde ellas decían (casa de una de ellas) y fueron contando que no queríamos trabajar, que nos suspendieran. Luego intentando ponernos en evidencia delante de un grupo de chicos... si tuviera que ponerme a hacer memoria de todas y cada una de las movidas que hemos tragado sin montar un pollo proporcional a lo que nos han hecho por no perjudicar una "supuesta amistad", no acabaría. Mi amiga y yo hemos acabado pasando de ellas bastante, yo me estoy yendo con otro grupo que parece más cabal, y ellas se quedarían solas si se dieran por aludidas de lo que ocurre. Que esa es otra: actúan como si no pasara nada, vienen detrás de nosotras y siguen tan panchas.
Este año tenemos una asignatura en la que debemos aprender a manejar el Adobe Illustrator. Resulta que, por lo que sea, yo tengo más facilidad a la hora de hacer composiciones y utilizar este programa. Así que MyC, junto con otras compañeras de clase, me pidieron que les ayudara porque no entendían nada. Yo, TONNNTA de mí, me he ofrecido a estar algunas tardes de la semana pringada para que ellas aprendan y hagan bien sus prácticas, que no suspendan los trabajos que nos manda la profesora, y que tengan una buena base.
Hace un par de semanas la profesora nos explicó en qué consistía el trabajo final de la asignatura. Que si suspendes ése trabajo suspendes la asignatura, que debe ser perfecto o no nos lo contará... bla bla bla. Desde entonces, he estado planificando mi tema con mi compañera de trabajo, cómo vamos a enfocarlo, cómo distribuir el espacio, pensando y descartando infográficos buenos/malos/adecuados... hoy era el día en el que teníamos que exponerle nuestras propuestas.
Llego a clase, y está cerrada el aula, así que me quedo en el pasillo. En eso, aparecen MyC:
MyC - ¡Hola! ¿Ya sabes de qué hacer tu trabajo?
Loba - Sí, vamos a hacerlo sobre los volcanes del mundo según peligrosidad. Luego otro acerca de cómo se forman, otro de sus partes... vamos, que lo tenemos todo pensado ya.
- Aaaaah... jo, qué chulo... nosotras hemos pensado hacerlo de deportes.
- Tampoco está mal. Ya hemos pensado cómo hacerlo y eso, ¿vosotras?
- Sí, ¿cómo lo vais a hacer?
- Pues... -y aquí, alma cándida, se lo explico.
- Aaah.. pues tampoco es tan buena idea, ¿eh?
Llega la profesora, abre la puerta, y veo que entran a toda prisa cuchicheando entre ellas.
La clase empieza, continúa en sopor. Y cuando ella nos avisa que recojamos, se acercan MyC corriendo a ella. Y empiezo a oír cómo le dicen en voz baja:
- Pues lo vamos a hacer de volcanes...
- Sí, de volcanes, según cómo son de peligrosos.
- Ah, está muy bien porque es muy interesante para infografiar.
- Sí, hemos estado pensándolo durante todo el fin de semana y vamos a hacer un mapa central, luego a la izquierda uno descriptivo de cómo se forman... en la derecha sus partes... jeje.
- Sí, sí, muy buen tema- les dice-. Muy bien, chicas.
.... Mi cara. No sé cómo ha quedado mi cara, pero me he ido directa a ellas.
- ¿De qué decíais que lo ibais a hacer?
- Jejeje- MyC se ríen nerviosamente- es que teníamos en la lista los volcanes... y le hemos dicho el de deportes y no le ha parecido bien... entonces le hemos dicho eso...
....
LA GENTE ES MUY ZORRA.
No tengo nada más que decir, sólo que estoy que echo fuego. Me siento fatal. Me siento gilipollas, me siento algo parecido a cornuda, me siento imbécil perdida. Pues que se olviden de mi ayuda y que se olviden de todo. La gente es muy hija de puta.
Y me he quedado sin tema de trabajo.
jueves, 18 de octubre de 2012
El chino capuchino
Hoy he dado mi primera clase. De chino.
Yo no sé cómo me meto en estos fregaos... en parte sí: me gusta ponerme a prueba a mí misma y a mis capacidades. No sé si eso tiene un nombre entre los pecados capitales de la Biblia, pero vamos a pasar del tema. Supongo que otras de las razones principales son que me gustaría conocer una lengua que poca gente sepa y que tenga oportunidades de futuro (no negaremos que algún día los chinos dominarán el mundo), y que me interesa conocer culturas lejanas que poco tienen que ver con la nuestra, o con las mediterráneas que ya conozco. ¿Qué mejor que el idioma de más allá de los Urales?
Un día, cuando aún no había decidido si llevar a cabo este paso, se me ocurrió comentárselo a Minh-hai, que es uno de los camareros de un restaurante (chino, lógicamente) que hay cerca de mi casa. El tío, que es un cachondo y un tiracañas, me dijo dónde podría apuntarme y sin muchas sutilezas me mencionó que podríamos quedar a practicar el tema de lo oral, que mis ojos son muy bonitos, muy despiertos (no sé yo si me ha visto bien porque suelo llevar una cara de empanamiento fuera de lo normal) y que de lo lista que soy no me costará nada aprender... No hace falta que os cuente que el tal Minh-Hai -además de ser guapo a rabiar- es un adulador total y un experto en tirar trastos, atrapar presas y mojar el churro con cualquier chica. Ya en el instituto tenía la licenciatura en "seducir féminas" y lo considerábamos el tío más ligón del pueblo sin nadie que le hiciera competencia. Le tira los tejos hasta a mi madre, si te descuidas hasta a mi abuela. Lo mejor es que cae genial te diga lo que te diga porque todo lo dice con una sonrisa RADIANTE y con una gracia que sería la envidia de los sevillanos... vamos, que en realidad es un encanto y casi pasa desapercibido que es como los perros: siempre intentando meterte el morro en los bajos. El caso es que me apunté donde Minh-hai me recomendó, a ver qué tal me iba. La verdad es que el chico me aconsejó bien, y parece que es el lugar que mejor calidad de enseñanza tiene de la ciudad, no es caro y el profesorado tiene gran prestigio. No, no he ido a practicar el oral con él. ¡Por si alguien lo dudaba!
Yendo hoy hacia allá iba rumiando conmigo misma que en menudos líos me meto, que si menudas ideas de bombero tengo, que quién me mandaba a mí apuntarme a algo tan difícil... He llegado un poco tarde por culpa de los metros, así que encima iba pensando que me habría perdido ya desde el principio y que no iba a pillar nada durante toda la clase.
PUNTO 1: la profesora es BRU-TAL. Es una taiwanesa llena de energía, súper risueña, que gesticula muchísimo (como Stan del Monkey Island). Su nombre significa "alegría" y no podrían haberle puesto un nombre que casara mejor con su personalidad. Se ha pasado la clase riendo, habla muy rápido en castellano con acento chino, y es buenísima explicando. No podía haber tenido más suerte. Realmente ha conseguido entusiasmar a la clase y quitarnos tensión al pronunciar.
PUNTO 2: me he sentado al lado de una tía que es lerda total. Pero tonta, tonta, tonta del culo. "Oish, yo me he apuntado porque me dan ocho créditos" me dice, con acento de pija súpertotaldivino. "Estaba segura de que yo sería la única chica normal en la clase, jajaja. Pensaba que todos iban a ser unos frikis de ésos que ven manga y juegan al ordenador y todo eso, jajaja ¿te imaginas?". La he fulminado con la mirada y le he dicho "tenías que haber visto cuando se me ocurrió apuntarme a japonés. Fue como la convención del World of Warcraft". Obviamente, es una pedazo de trola con cierta mala baba... -¡nunca he estado en una convención del World of Warcraft!- pero no me gusta que una persona trate a otras con tanto desprecio, y más cuando yo soy bastante friki y sé lo que han sufrido muchos compañeros del colegio por no ocultar sus aficiones. Ha abierto mucho los ojos ante mi contestación y me ha dicho "uys, pero si tú eres una chica super normal, tía". "Bueno, todos los de aquí lo somos". He decidido que la próxima clase me sentaré al lado del chico que llevaba la camiseta de Dio, al menos tendremos tema de conversación.
PUNTO 3: nos ha puesto esta canción, que se llama Flor de Jazmín (el título en chino es Mò lì huā, y ya sólo de leerlo en voz alta nos meábamos de risa) de, textualmente, el Manolo Escobar de allí. La profesora nos decía "os suena a chino, eeeeh?" y se partía de una forma que nos contagiaba a todos. Ya cuando nos ha hecho cantar, no os cuento. Muy buen rollo.
PUNTO 4: yo pensaba que iba a resultarme más difícil engancharme, pero la verdad es que -aunque es difícil, sobre todo la pronunciación- he conseguido engancharme bastante bien y hacer los ejercicios con un éxito rotundo. ¡Qué bien! El mérito es de la profesora, porque ya quisiera haber tenido maestros así en el colegio o en la universidad, se nota que le gusta su trabajo y que disfruta, nos transmite sus conocimientos rápida y precisa, se detiene a explicar cuantas veces sea necesario y le da un ritmo genial a la clase. Acapara la atención de todos. Supongo que conforme avancemos se irá haciendo más y más difícil, pero por ahora tengo todo un año por delante para aprender y avanzar me hace ilusión.
PUNTO 5: hemos avanzado mucho en las 3 horas que hemos estado. La pronunciación, algunos trazos básicos de gramática, los tonos... Es mucha información, pero muy amena y muy interesante.
Vamos, que he aprendido varias cosas. La primera, que los tópicos del asiático serio, lejano, que no quiere relacionarse y prefiere estar casi ausente... es mentira. ¿Cómo nos tendrán a los españoles ellos? Supongo que vagos, vividores y de palabra poco confiable. En fin, le preguntaré sobre el tema si alguna vez tengo ocasión. Me da la sensación de que muchas veces nos fijamos más en lo que nos divide que en lo que nos une, y es una costumbre un poco despreciable.
¡Zàijiàn! (o adiós, para los amigos)
____________________________________________________________
Gracias por vuestros comentarios en la entrada anterior... ¡Al final no ha sido nada! Como explico en mi comentario de contestación: "No tiene solución (es para toda la vida), pero que no parece nada fuera de lo normal. Es que en algunos puntos del líquido interior del ojo, se ha condensado, y al entrar mucha luz éstos "grumitos" hacen sombras.. me ha dicho que los miopes tenemos más posibilidades de lo de las "mosquitas volantes" ésas. ¡Pues eso! Muchas gracias por vuestras palabras de ánimo. ¡Qué mala que es la imaginación en estas cosas!
¡Ah! Y creo que ya no está lo de la verificación de palabras, así que espero que no tengáis más problemas ;)
¡Ah! Y creo que ya no está lo de la verificación de palabras, así que espero que no tengáis más problemas ;)
martes, 16 de octubre de 2012
También hubo tuertas muy monas...
Estos días estoy preocupada. Por un tema más serio del que me gustaría, o de los que suelo hablar por aquí. Hace más de medio año que me notaba algo raro en el ojo izquierdo, pero era muy de vez en cuando, y decidí no comentarlo porque seguramente no tendría importancia y se acabaría pasando con el tiempo, o sería una ilusión óptica... qué sé yo. El caso es que no me hice caso a mí misma, bien por ignorancia, bien por no alarmarme, bien por miedo a que me dijeran que era algo grave...
Recuerdo que la primera vez que me fui a hacer senderismo con Chicombre y, tras muchas horas andando cuesta arriba, y conseguimos llegar a la cima... pues la sensación de haber logrado un reto se me diluyó bastante. Era un día caluroso, con un sol radiante... pero no podía concentrarme en el paisaje que se veía desde la cima porque algo me lo impedía: unos molestos puntitos, brillantes... quizá el efecto es parecido a cuando una gotita de agua reluce al sol... pero dentro de mi ojo.
- Qué bonito, cuánta luz...Oye, ¿ves esos puntitos?- le pregunté a Chicombre, toda inocente yo.
- ¿Qué puntitos?- los buscó, haciéndose visera.
Mmmm. Eso no era normal. Pero pensé que quizá se me hubiera metido algo en el ojo, o que me habría frotado fuerte y se me habría quedado algo un poco mal. No sé, realmente estaba convencida de que no pasaría nada.
No es que no vea nada: es sólo en ocasiones puntuales. Imaginad que lleváis gafas y se os han caído al suelo tras un estrepitoso accidente, y comprobáis con horror que se ha hecho una pequeña raya (en este caso, conjunto de puntos) en el cristal izquierdo. Podéis ver casi perfectamente si no os fijáis en el defecto, pero una vez lo sabéis, es muy difícil no estar enfocando continuamente para verlo. Pues así estaba yo. Y así estoy. Con los dichosos puntitos, siempre en la misma estructura, dentro de mi ojo.
Poco a poco me ha ido ocurriendo más y más a menudo. Cuando la luz no es tan intensa, también lo veo últimamente. Así que al final lo comenté en casa (de pasada), no con tanta urgencia como debería. Y dio la casualidad de que mis padres se asustaron muchísimo y se sacaron de la manga una prima oftalmóloga que yo ni conozco. La llamaron...
El caso es que mañana voy al hospital a que me van a dilatar la pupila para mirarme dentro a ver qué es lo que tengo. No sé qué significa eso de "dilatar la pupila", y el método a seguir, pero estoy cagada. Odio todo lo que tenga que ver con los ojos, me da mucho miedo quedarme ciega. Ojalá sean las "mosquitas volantes" ésas que no son graves.
El caso es que tampoco es para tanto, ¿no? También hubo tuertas muy monas, como la Princesa de Éboli o la Villa-Bellota ésa que está tan de moda en las noticias (que no me acuerdo ahora mismo cómo se llama y no me apetece buscar, bastante que recuerdo su cara).
Pues eso. Que estoy un poco nerviosilla.
Pero seguro que no es nada, y vengo más contenta que unas castañuelas.
Claro que sí.
Recuerdo que la primera vez que me fui a hacer senderismo con Chicombre y, tras muchas horas andando cuesta arriba, y conseguimos llegar a la cima... pues la sensación de haber logrado un reto se me diluyó bastante. Era un día caluroso, con un sol radiante... pero no podía concentrarme en el paisaje que se veía desde la cima porque algo me lo impedía: unos molestos puntitos, brillantes... quizá el efecto es parecido a cuando una gotita de agua reluce al sol... pero dentro de mi ojo.
- Qué bonito, cuánta luz...Oye, ¿ves esos puntitos?- le pregunté a Chicombre, toda inocente yo.
- ¿Qué puntitos?- los buscó, haciéndose visera.
Mmmm. Eso no era normal. Pero pensé que quizá se me hubiera metido algo en el ojo, o que me habría frotado fuerte y se me habría quedado algo un poco mal. No sé, realmente estaba convencida de que no pasaría nada.
No es que no vea nada: es sólo en ocasiones puntuales. Imaginad que lleváis gafas y se os han caído al suelo tras un estrepitoso accidente, y comprobáis con horror que se ha hecho una pequeña raya (en este caso, conjunto de puntos) en el cristal izquierdo. Podéis ver casi perfectamente si no os fijáis en el defecto, pero una vez lo sabéis, es muy difícil no estar enfocando continuamente para verlo. Pues así estaba yo. Y así estoy. Con los dichosos puntitos, siempre en la misma estructura, dentro de mi ojo.
Poco a poco me ha ido ocurriendo más y más a menudo. Cuando la luz no es tan intensa, también lo veo últimamente. Así que al final lo comenté en casa (de pasada), no con tanta urgencia como debería. Y dio la casualidad de que mis padres se asustaron muchísimo y se sacaron de la manga una prima oftalmóloga que yo ni conozco. La llamaron...
El caso es que mañana voy al hospital a que me van a dilatar la pupila para mirarme dentro a ver qué es lo que tengo. No sé qué significa eso de "dilatar la pupila", y el método a seguir, pero estoy cagada. Odio todo lo que tenga que ver con los ojos, me da mucho miedo quedarme ciega. Ojalá sean las "mosquitas volantes" ésas que no son graves.
El caso es que tampoco es para tanto, ¿no? También hubo tuertas muy monas, como la Princesa de Éboli o la Villa-Bellota ésa que está tan de moda en las noticias (que no me acuerdo ahora mismo cómo se llama y no me apetece buscar, bastante que recuerdo su cara).
Pues eso. Que estoy un poco nerviosilla.
Pero seguro que no es nada, y vengo más contenta que unas castañuelas.
Claro que sí.
lunes, 1 de octubre de 2012
Crítica: THE ARTIST
Sí, llego tarde para hacer una crítica en condiciones, ¿pero qué más da? El sábado estaba con Chicombre en su casa y decidimos ver una de las quinientas películas que tenemos para ver entre DVD's y el disco extraíble. Estábamos entre esta y Los Descendientes porque eran de las pocas que no habíamos visto los dos... y eso, elegimos THE ARTIST.
Habiendo oído hablar de la cantidad de premios que se llevó...
- 2011: 5 Oscars: Mejor película, director, actor (Dujardin), BSO, vestuario. 10 nomin.
- 2011: 3 Globos de Oro: Mejor película comedia/musical, actor (Dujardin) y BSO. 6 nomin.
- 2011: 7 premios BAFTA, incluyendo mejor película, director, guión original. 12 nomin.
- 2011: 6 Premios Cesar, incluyendo mejor película y director. 10 nominaciones
- 2011: Festival de Cannes: Mejor actor (Jean Dujardin)
- 2011: Independent Spirit Awards: Mejor película, director, actor y fotografía. 5 nominaciones
- 2011: Critics Choice Awards: 4 premios, incluyendo mejor película. 11 nominaciones
- 2011: Festival de San Sebastián: Premio del público
- 2011: Premios del Cine Europeo: Mejor banda sonora. 4 nom., incluyendo mejor película
- 2011: Premios Goya: Mejor película europea
- 2011: Satellite Awards: Mejor dirección artística. 5 nominaciones, incluyendo mejor película
- 2011: Producers Guild of America: Mejor película
- 2011: Premios de la Crítica de Washington (WAFCA): Mejor película
- 2011: Directors Guild of America (DGA): Mejor director
- 2011: Screen Actors Guild: Mejor Actor (Dujardin) Nominados Actriz secundaria, reparto
- 2011: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor película y director
- 2011: Festival de Hampton: Mejor película (Premio del público)
- 2011: Festival de Sevilla: Premio del público
- 2011: Nominada Premios David di Donatello: Mejor película de la Unión Europea
... me esperaba un peliculón del otro mundo, de ésos que a veces nos sorprenden. Además es una película francesa, europea, y no viene de Hollywood ni de sus cagarrutas que todo lo inundan. Y no es que odie el cine americano, ¿eh? Pero es que últimamente para ver una peli buena hay que tragarse de cada sapo...
A lo que íbamos. Que THE ARTIST es insípida, sosa, con un argumento más que trillado (más o menos el mismo que Cantando bajo la Lluvia -ése sí que es un peliculón-, la llegada del cine con sonido y dejar atrás el cine mudo), con poca originalidad... vamos, la joya de la corona de los Oscars. Pero claro, es un homenaje al cine de Hollywood y al cine mudo, vamos a darle premios como descosidos. Una chufa, y permitidme la expresión. Tanto ruido con esta película, para encontrarme que sí, rescata el cine mudo... pero es una película de cine mudo del montón, de las que se llevarían tomatazos en el pasado. Muy bonito, vamos a hacer márketing con que esta película "es especial", es "cine mudo", es "poco convencional", y a la vez hacemos un argumento propio de niños de tres años a ver lo que dice la crítica de nosotros. "¡Oh, un éxito total! ¡Una obra de arte! ¡Magnífica!"... menuda sarta de chorradas. Muy bien, no hay explosiones ni asesinatos ni muertos ni intriga ni misterio ni nada de lo que nos tienen acostumbrados... pero es que esta película no tiene nada. Nada. Es vacía por completo.
- Emotiva.
- Vuelta atrás en el tiempo.
- La expresividad del actor principal.
PUNTOS EN CONTRA
- Argumento simplón y pobre.
- Totalmente previsible.
- Falta de originalidad.
- No aporta nada al espectador.
- Absolutamente decepcionante.
- Mucho envoltorio para una película tan insulsa.
Veredicto final: 4,8
Esta película entretiene un rato y nada más. Que no os engañen, porque es totalmente prescindible.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Temblando
Hoy he vuelto a sentir vergüenza, frustración, humillación y miedo. He sentido que he vuelto atrás en el tiempo a una época que no conocí pero está llegando, nos está inundando. Siento que tengo tan claras mis ideas en la cabeza que nada puede convencerme de que lo que está ocurriendo es normal, es merecido, es elogiable.
Y ESTO:
Y ESTO OTRO:
Soy una persona normal. No soy un ultra, ni una tía violenta, ni una anarkista, ni una comunista nazi. No soy más que una joven estudiante que está viendo cómo el país que la acogió y la vio nacer se hunde en la miseria, en la violencia y en la intolerancia. Veo cómo las fronteras ideológicas parecen pesar más que los derechos humanos, los derechos de nuestra Constitución. ¿Acaso no tengo yo derecho a manifestarme pacíficamente? ¿No puedo reunirme con mis amigos para demostrar mi rechazo hacia una senda emprendida por este Gobierno? ¿No pone en la Constitución que como ser humano pensante, independiente y digno, puedo ejercer mis derechos de libre expresión y concentración siempre que actúe de lado de la ley? Siempre he respetado la autoridad de la policía, de la Ley. Nunca he robado un caramelo. Nunca he insultado a un agente. He confiado en que están aquí para defenderme, para acudir a ellos si algo malo me ocurre, para cuidar a las personas que caminan por las aceras y encerrar a los delincuentes.
Pero cada vez me altero más.
Me altero al ver cómo nos tratan. Me altero al ver las reacciones, las provocaciones, los palos, los gritos, la ocultación de sus placas. Me siento como si fuéramos YO, MIS AMIGOS, MI FAMILIA, MIS CONCIUDADANOS un grupo de delincuentes. Porque no asumimos lo que nos están imponiendo desde arriba, porque ellos se sienten defraudados con aquellos a los que votaron, porque están hartos de mentiras y manipulaciones por parte de unos y de otros, porque están cansados de perder. Y el pacifismo se me escurre y se me cae por la alcantarilla, me hierve la sangre, jaleo a aquellos que plantan cara a la policía que siempre he respetado, e incluso me alegro si éstos se llevan un palo... que no los pienso defender ante nadie. Ante nadie. No creo que ninguna persona en su sano juicio quisiera armarse con tapas de cubos de basura y palitroques para atacar a policías armados con escudos y porras, con pistolas de pelotas de goma que hacen un daño tremendo y te pueden volar un ojo. Pero a esto llegamos. A esto estamos llegando. Y muy a mi pesar, veo que empiezo a apoyarlos... que me entra sed... de algo parecido a sangre.
Podéis decirme que soy una absurda. Pues no os diré que no.
Si alguien me lee que tenga familia o amigos policías, desearía que no se tomara esto como una ofensa personal... excepto si apoyan estos comportamientos violentos hacia la ciudadanía y condenan que la ciudadanía se defienda. En EEUU esto no pasaría porque los ciudadanos -mal que me pese- van armados con pistolas. ¡A buenas horas se le ocurriría a un agente atacar así porque sí a una masa en América! Y si algo parecido ocurriera dimitirían 10 políticos, no se pondrían a elogiar lo ocurrido.
Solo sé que esta desventaja no va a durar siempre. Me gustaría que las cosas se controlaran antes de que llegue EL CAOS. Porque llegará. Puede que en una de estas se les vaya la mano y se carguen a una persona: un menor de edad, o una ancianita que pasaba por allí... tanto da. Puede que algún día se metan con un loco y éste reaccione con una agresividad desorbitada. Pueden pasar muchas cosas en este país de pandereta...
... pero la paciencia no dura para siempre. Y el CAOS llegará. Los ciudadanos que pasan estrecheces están cansados, desmoralizados, agotados. Cada vez son más y están más cabreados. Son muchas cosas por las que preocuparse, muchas personas que no ven salida. También hay locos, descerebrados.
Estamos llegando a un punto en el que la violencia es pan de cada día. Y un día esta misma violencia les va a explotar en los morros a estos bastardos malnacidos (perdonadme la expresión) que cogen la Constitución y la Ley y la ponen a cuatro patas para follársela. Para follársenos. Así de claro.
Mientras tanto, Rajoy se fuma un puro en Nueva York y alaba "a la mayoría silenciosa de españoles" que no se manifiesta. Andrea Fabra gritó "que se jodan" hace tiempo. Ahora el Gobierno habla de la agresividad de los manifestantes, y niega el abuso policial. ¿Queréis saber una cosa?
ESTO ES AGRESIVIDAD CIUDADANA:
Y ESTO:
Y ESTO OTRO:
ESTO TAMBIÉN:
Y ACOJONA, ¿VERDAD? Pues es lo que están provocando. No vengan a tocar los cojones con que no tiene justificación. Porque si esto llega, que tengan claro que lo podrían haber evitado con otro comportamiento. Que los manifestantes llevan mucho tiempo respondiendo con palmas blancas de manos a las porras. Que muchos de nosotros estamos hartos, muy hartos. Que deberían estar agradecidos de que aún no hayamos empezado a crear cócteles molotov a pesar de su violencia y su prepotencia.
...Y sinceramente, a mi pesar, si algún día esto estalla, yo ya sé de parte de quién voy a estar.
También muy a mi pesar digo que a esta España de pandereta no llegó a tiempo la guillotina. Pero tiempo al tiempo. Que se está agitando mucho la coctelera y el gas tiene que salir por algún sitio.
martes, 25 de septiembre de 2012
Mi drogaína (1): MISTS OF PANDARIA
* Atención: este post contiene información friki de primera clase.
Que conste en acta que en un primer momento no me convenció. Que cuando salió el vídeo promocional le saqué pegas como que por qué no podrían ser los personajes jugables de otro modo, con cabezas de otra cosa. Me sentí rara con el nuevo sistema de talentos y me parecen más graciosos que entretenidos los combates de mascotas. Que conste en acta que, aunque no me haya hecho aún con Mists of Pandaria, estoy reflexionando muy seriamente acerca de ello.
Cosas que me llaman la atención antes de comprar la expansión:
- Mucha gente se queja de la ambientación del nuevo continente, esta vez con claros toques asiáticos en lugar de medievales o fantásticos como World of Warcraft nos tenía acostumbrados. Es cierto que en un primer momento choca un poco con la estética del juego, pero yo lo veo refrescante y especial. ¿No estáis ya cansados de castillos llenos de lucecitas, de bosques oscuros y de construcciones góticas? Creo que es una manera de enriquecer el juego, introducir paisajes totalmente distintos (o eso espero) y nuevas referencias culturales de un país enorme tan distinto a Europa que, al menos para mí, sigue transmitiendo misterio y curiosidad.
- Diseño mejorado: no es ninguna sorpresa que en cada expansión se supera el apartado de diseño y arte. Conforme avanzaba el juego (sobre todo el cambio Normal-Burning-Lich King) se hacía más y más evidente que a pesar de no tener un diseño estrictamente realista sino enfocado a lo cartoon, el departamento diseño se ponía las pilas para ofrecer unos contenidos más adultos, más oscuros, explotando las posibilidades como si se tratara de un "cómic en 3D" (como a mí me gusta llamarlo) que igual sirve para ofrecer unos paisajes coloristas y llenos de luz como zonas devastadas por la peste y la muerte. La facilidad con la que se transmiten sentimientos y el carácter de cada lugar es apabullante, el juego con el color y los ángulos, la música... conforme vamos profundizando en cada zona descubrimos un mundo nuevo, lleno de fascinantes criaturas y enemigos que da gusto ver.
- La música. Ya quedé sorprendida en la Lich King al ver en youtube ésa maravilla de trailer con la canción de "Arthas my son". Yo, que fui jugadora del Warcraft original, me emocioné hasta que los pelos se me pusieron como escarpias y se me humedecieron los ojos al ver tan bien animado a mi personaje (y villano) favorito... acompañado de ésa música, ¿quién no se emociona? Pues bien, a mí me parece que uno de los puntos fuertes del WoW (y que no se reconoce como merece por la mayoría) es la música envolvente y brutal que nos acompaña en cada escenario. Estoy deseando oír los efectos y el hilo musical de Mists of Pandaria.
- La nueva clase monje... me entra curiosidad.
- El sistema raro de batallas de pets que me recuerda al Pokémon. A ver, seamos conscientes... el pokémon molaba en nuestra infancia. Era gracioso y tenías criaturicas monas hechas por japoneses locos. Sin embargo aunque me entre un poco de nostalgia, no sé hasta qué punto funcionará este sistema de mini-juego en algo tan grande como el Wow. Personalmente, creo que se deberían enfocar más a crear un argumento duradero y sólido, atractivo para los adultos y que permitiera seguir movilizando al personaje una vez llegas a nivel máximo... en lugar de inventar chorraditas por muy graciosas y divertidas que sean.
- El precio es de 35 euros... aunque sumados a los 13 mensuales... ay, no sé. Debería hacer cálculos.
Cosas que me tiran para atrás:
- El principal problema del World of Warcraft es EL ABURRIMIENTO: y es que cuando acabas de explorar todas las zonas, haces unas cuantas misiones y alguna bg caes en una espiral de tiempo gelatinoso. Cuando estrenamos una expansión la sensación de novedad y sorpresa dura bastante, pero una vez nos cogemos a la dinámica del juego todo se convierte en lo mismo. No hay un argumento claro, solamente debes subir de nivel haciendo misiones (algunas muy repetitivas, aunque esto se va subsanando gracias a la imaginación de los creadores) y matando bichos. Una y otra vez. Hoy, mañana y para toda la semana. Por eso yo no duro demasiado en el Wow cuando he explorado todo lo nuevo... porque no me aporta nada y me aburro.
- No me acaba de gustar que llevemos hombres-panda -o pandarens-. Che, ¿no podrían haber puesto otra cosa, otro animal más carismático? Yo quería un hombre tigre, o un hombre félido. No sé, que pudiéramos elegir el pelaje y esas movidas. Los hombres panda son un rollo. Tienen cara de pacíficos y son monos, achuchables. No quiero que mi personaje sea achuchable, prefiero una troll con mala leche o una enigmática elfa de la noche a un osito. Pero seguro que caigo y me hago uno. Eso sí, me gusta que la osita panda sea rechoncheta y sexy sin someterse a la figura estilizada y anoréxica de muchas otras razas. ¡ME GUSTA ESO!
Supongo que tengo más motivos a favor y más en contra de comprarme Mists of Pandaria. Me gustaría mucho probarlo... aunque no sé cuándo me haré con él. No quiero que interrumpa mi rutina de estudios y trabajo ni quiero engancharme (lo cual será inevitable una vez lo tenga y hasta que entre en fase "esto me aburre ya"). Además tampoco es que mi economía esté para echar cohetes a volar.
¿Me lo compro? ¿No me lo compro? ¿Me lo compro? ¿No me lo compro?
¡¡Hombres y mujeres frikis del interné, yo os invoco, dadme una respuesta!!
Cuando lo compre -si es que lo hago- os daré mi opinión más sincera y detallada. Promise.
lunes, 24 de septiembre de 2012
El adiós definitivo
El otro día pasé por una experiencia buena pero dura. Supongo que en el fondo estaba más que preparada e incluso lo sabía desde hacía mucho. Aún así no se puede evitar algo de dolor, algo de pena, cuando se va alguna persona que ha sido importante en tu vida... aunque sea por un acuerdo mutuo.
El otro día Señor Ameba desapareció de mi vida, y creo que definitivamente. Lo conozco. Nunca ha sido valiente, ni decidido... así que seguro que esta es una de ésas acciones que quería llevar a cabo hace tiempo y por fin se ha atrevido. Me dijo que necesitaba que yo desapareciera definitivamente de su vida para él poder rehacer la suya, después de más de un año desde que lo dejamos (dejé). Que cada vez que ve una foto mía o me lee, vuelve a sentir "lo mismo que cuando te conocí". Que cuando nos vimos en la estación se tuvo que controlar hasta el infinito para no besarme... (cosa que yo no noté, vamos, porque estaba más soso que el agua de fregar).
El caso es que necesita dejar de saber absolutamente nada de mí. Necesita que yo desaparezca para seguir adelante. Que sufre. Que necesita olvidarme. A mí me da lástima no haber conseguido mantenerlo, pero lo comprendo y lo respeto. En el fondo me tranquiliza porque sé que de amor ya no se muere nadie, y que él encontrará a otra chica que tenga "menos energía y menos ganas de vivir", que comparta con él -o al menos no odie- el amor por los videojuegos, y que lo enseñe a ser un hombre de verdad. Quizá tarde un poco en encontrarla, pero él es una buena persona, es delgado y alto, tiene un pelo precioso y unos ojos profundos junto a una bonita nariz ganchuda (a mí me parecía preciosa). Es atractivo, es bondadoso, y calmado... y supongo que encontrará una chica que lo quiera. Pero yo no soy esa chica y no puedo estar robándole más tiempo para que la conozca.
Duele un poco saber que no volveré a verlo. Aunque no lo quiera como pareja ni como "hombre". Aunque cada vez lo vea más soso y más infantil. Yo lo quise, y muchísimo. Estuve dispuesta a luchar contra la distancia y contra todo lo que se me pusiera por delante para estar con él, pero él me quitó la ilusión poco a poco, hasta que vi que esa lucha era inútil: ¿Y si conseguía llegar a tierra, si conseguíamos estar juntos DE VERDAD, y seguía así? ¿Seguiría yo queriendo compartir mi vida con alguien que parecía darle prioridad a la Play Station que a mí, o tan perdido en su ordenador que se olvidaba del mundo exterior? ¿Alguien a quien viajar le causaba tantos problemas, que no sentía curiosidad por ver el mundo porque prefería una pantalla? ¿Un adolescente tardío aunque con un corazón de oro?... no sé.
Supongo que siento una mezcla de emociones. No quiero tirar sus cosas porque yo lo considero aún una persona amiga, alguien "importante" aunque forme parte del pasado. No lo veo como un enemigo ni como alguien que me pueda joder la vida, ni a quien jodérsela yo... Lo respeto y lo aprecio mucho, pese a todo lo ocurrido, pese a los agobios a los que me ha sometido en ocasiones, pese a los momentos incómodos. Sé que él es de una manera determinada. Quizá las cosas hubieran sido distintas si nos hubiéramos conocido en otro momento, o si él hubiera sido más maduro. Si me hubiera demostrado más lo que sentía. Si no hubiera sido necesario perderme para darse cuenta de que me quería de verdad. Pero no. No ha sido así y no tiene sentido pensarlo.
Sólo espero que le vaya bien en la vida.
Sé que no sabré jamás nada de él... pero espero que le vaya bien, y que sea feliz allá donde esté. Que su senda lo guíe por verdes prados. Y que, cuando encuentre a una chica que le haga vivir de nuevo, me lo haga saber. Yo me alegraré mucho.
jueves, 20 de septiembre de 2012
10 Cosas que se me dan fatal
1. Los chistes: aunque soy simpática y comunicativa, y no tengo ningún problema al relacionarme con los demás, lo de contar chistes ME PUEDE. A lo mejor empiezo con toda la energía del mundo, pero cuando siento la atención de los demás recayendo en mi persona, me convierto en tortuga: vamos, que me siento como si se me metiera la cabeza dentro del caparazón, me repliego dentro de mí misma, y el chiste se apaga y se convierte en un hilo de voz tembloroso que por supuesto no me hace gracia ni a mí.
2. El deporte: cuántas horas de sufrimiento en clase de gimnasia de pequeña. El profesor no tenía otra cosa que hacer que ponernos a correr en torno al campo de fútbol, y mi antiguo yo tenía asma. Total, acababa en el suelo sin poder respirar, a punto de desmayarme. Que sí, que me ahogaba mogollón. Y cuando se me empezó a pasar el asma, tenía pitos al tomar y expulsar el aire. Esto se traducía en que no me esforzaba ni me gustaba el ejercicio, y por supuesto era la última en ser elegida en los deportes de grupo.
3. Fingir que me importa lo que me cuentas: aunque no quiera ser maleducada, aunque no quiera que te enteres de que no tengo interés en lo que me estás diciendo, aunque quiera ocultar que no estoy escuchando... a mí se me nota. Vamos, eso creo. Se me ve en la cara, la mirada se me pierde y mis respuestas pasan a ser comodín ("sí, claro", "pues tienes razón", "vaya"...), con un tono monocorde de robot. Mi mente pasa a ser poseída por un mono con platillos.
4. Recordar fechas: me sé cuatro. Mi cumpleaños, el de mi padre, el de mi vecina y el de Chicombre. Los tres primeros porque son el mismo mes que el mío y muy cercanos entre sí. El de Chicombre porque se forma cambiando de orden las cifras del mío. Y ya. La gente suele enfadarse porque no recuerdo sus cumpleaños ni sus santos ni nada, así que ¡bendito facebook que te lo recuerda! Eso sí, como haya alguno que haya puesto una fecha falsa para ver quién se acuerda (rollo "voy a ver quién me quiere de verdad de la buena") pincho seguro. Habrá que andarse con ojo.
5. Los nombres: mi cerebro borra automáticamente los nombres de la gente nueva. En serio, es que se presentan y es como que oigo Klingon. O me caes muy bien, o me molas mogollón, o me caes fatal para que me aprenda cómo te llamaron tus padres. La otra opción es que seas muy plasta. Y créeme, necesitas serlo mucho para que se me quede tu cara y tu nombre.
6. Los shooters: esos videojuegos de pistolas. No puedo. Si el destino de la humanidad dependiera de que yo matara un bichocon los mandos de la play, UNO SOLO, nos extinguiríamos.
7. Olvidar una ofensa: no soy una santa ni quiero serlo. Es muy difícil enfadarme, pero cuando se me toca las narices no hay vuelta atrás. Puedo ser bastante radical en este aspecto: una vez exploto es casi imposible que se me pase... y ése estado puede durar años. En cuanto pongo la cruz a alguien se acabó lo que se daba, normalmente para siempre.
8. Las discusiones: las odio con toda mi alma y soy horrible discutiendo. No me gustan los malos tonos. Me hacen sentir fatal los gritos y los comentarios hirientes. Luego me siento culpable, cuando nadie me ve lloro y me deprimo. Eso sí, si me importa un carajo la otra persona, y me toca mucho los ovarios, soy la primera en pegar un corte aunque luego sienta que no tengo derecho a atacar a nadie. Las cosas de una educación basada en el autoescarnio.
9. Las multiplicaciones: si os digo que no me sé las tablas de multiplicar y entré a la universidad sin sabérmelas...
10. Ser constante: yo soy más de las que esperan a que la providencia, la inspiración, el destino o Harry Potter se me aparezcan y me indiquen que es hora de ponerse a currar. Soy horrible organizando mi tiempo, por ejemplo en los estudios. Como sé que tonta no soy y que me aprendo las cosas leyéndolas un par de veces, me confío... y patapám. Dos días antes estoy aprendiéndome una asignatura entera de 15 temas. Lo curioso es que no suelo suspender. Eso sí, cuando hay una asignatura que me aterroriza bien que empiezo con dos semanas de antelación.
2. El deporte: cuántas horas de sufrimiento en clase de gimnasia de pequeña. El profesor no tenía otra cosa que hacer que ponernos a correr en torno al campo de fútbol, y mi antiguo yo tenía asma. Total, acababa en el suelo sin poder respirar, a punto de desmayarme. Que sí, que me ahogaba mogollón. Y cuando se me empezó a pasar el asma, tenía pitos al tomar y expulsar el aire. Esto se traducía en que no me esforzaba ni me gustaba el ejercicio, y por supuesto era la última en ser elegida en los deportes de grupo.
3. Fingir que me importa lo que me cuentas: aunque no quiera ser maleducada, aunque no quiera que te enteres de que no tengo interés en lo que me estás diciendo, aunque quiera ocultar que no estoy escuchando... a mí se me nota. Vamos, eso creo. Se me ve en la cara, la mirada se me pierde y mis respuestas pasan a ser comodín ("sí, claro", "pues tienes razón", "vaya"...), con un tono monocorde de robot. Mi mente pasa a ser poseída por un mono con platillos.
4. Recordar fechas: me sé cuatro. Mi cumpleaños, el de mi padre, el de mi vecina y el de Chicombre. Los tres primeros porque son el mismo mes que el mío y muy cercanos entre sí. El de Chicombre porque se forma cambiando de orden las cifras del mío. Y ya. La gente suele enfadarse porque no recuerdo sus cumpleaños ni sus santos ni nada, así que ¡bendito facebook que te lo recuerda! Eso sí, como haya alguno que haya puesto una fecha falsa para ver quién se acuerda (rollo "voy a ver quién me quiere de verdad de la buena") pincho seguro. Habrá que andarse con ojo.
5. Los nombres: mi cerebro borra automáticamente los nombres de la gente nueva. En serio, es que se presentan y es como que oigo Klingon. O me caes muy bien, o me molas mogollón, o me caes fatal para que me aprenda cómo te llamaron tus padres. La otra opción es que seas muy plasta. Y créeme, necesitas serlo mucho para que se me quede tu cara y tu nombre.
6. Los shooters: esos videojuegos de pistolas. No puedo. Si el destino de la humanidad dependiera de que yo matara un bichocon los mandos de la play, UNO SOLO, nos extinguiríamos.
7. Olvidar una ofensa: no soy una santa ni quiero serlo. Es muy difícil enfadarme, pero cuando se me toca las narices no hay vuelta atrás. Puedo ser bastante radical en este aspecto: una vez exploto es casi imposible que se me pase... y ése estado puede durar años. En cuanto pongo la cruz a alguien se acabó lo que se daba, normalmente para siempre.
8. Las discusiones: las odio con toda mi alma y soy horrible discutiendo. No me gustan los malos tonos. Me hacen sentir fatal los gritos y los comentarios hirientes. Luego me siento culpable, cuando nadie me ve lloro y me deprimo. Eso sí, si me importa un carajo la otra persona, y me toca mucho los ovarios, soy la primera en pegar un corte aunque luego sienta que no tengo derecho a atacar a nadie. Las cosas de una educación basada en el autoescarnio.
9. Las multiplicaciones: si os digo que no me sé las tablas de multiplicar y entré a la universidad sin sabérmelas...
10. Ser constante: yo soy más de las que esperan a que la providencia, la inspiración, el destino o Harry Potter se me aparezcan y me indiquen que es hora de ponerse a currar. Soy horrible organizando mi tiempo, por ejemplo en los estudios. Como sé que tonta no soy y que me aprendo las cosas leyéndolas un par de veces, me confío... y patapám. Dos días antes estoy aprendiéndome una asignatura entera de 15 temas. Lo curioso es que no suelo suspender. Eso sí, cuando hay una asignatura que me aterroriza bien que empiezo con dos semanas de antelación.
lunes, 17 de septiembre de 2012
Vuelvo!
Diría que sé que merezco una paliza por no haber pasado por aquí durante los muuuchos días que este blog ha estado silencioso, pero es que no es así, ¡copón! He estado disfrutando de las últimas semanas antes de que empezara la universidad, así que creo que tengo excusa. ¡Bueno, a partir de ahora estaré tan a menudo como pueda publicando cositas!
Grupo 1: En clase hay un grupo de Pijas que te miran perdonándote la vida, se ríen a las espaldas de cualquiera que no va a la moda, no saludan a nadie y fingen que no existes. Serían las animadoras en un instituto de América, o las protas de Chicas Malas (algún día contaré por qué lo digo). Suelen estar interesadas en la moda y, curiosamente, en lo último de Belén Esteban. ¿Que cómo lo sé? Pues porque lo comentan en clase, puesto que tienen nulo respeto por el profesor. Sólo hablan conmigo cuando quieren apuntes y favores. Sus actitudes son de risa, como si se creyeran las reinas del insti y estuvieran siempre esperando al baile de graduación. Alguna buena habrá, pero yo no me la he cruzado. No me interesan.
La verdad es que no podía haber pedido un final mejor de vacaciones, de Las Últimas Vacaciones A Lo Grande que voy a tener en mi vida (o eso espero). No sé, se me metió en la cabeza que debería disfrutar este verano todo lo que pueda, y así estoy haciendo. Y es que al ver a mi padre que no tiene vacaciones ni quiere cogerlas por miedo, a la gente que solo puede disfrutar de una semana de descanso merecido, y a unos amigos que pasan por unas estrecheces económicas de dos pares, creo que este será mi último año de descanso estudiantil... siempre que no me vaya derechita al paro, claro.
He estado viajando un poco, y créeme cuando te digo que me acordaba mucho del blog: "ay, cuánto tiempo sin actualizar, me van a dejar de leer", "Oh, cuánto tiempo desde mi última entrada", "¿Cómo irán las vidas de la gente a la que leo?".... etc,etc,etc. Eso sí, tampoco es que estos pensamientos y ése echar de menos mi rinconcito virtual me estuvieran amargando la cabeza, no os voy a engañar.
He comenzado ya la Universidad. Último año. Últimas asignaturas. Sólo tengo ganas de aprobar todo y de que esto se acabe. Hablando con sinceridad me daría exactamente igual dejar de ver para siempre a la mayoría de compañeras... algunas no, por supuesto, pero aún así la mayoría podían perderse en Mordor y yo ni me acordaría de su cara. Y es que tengo un don para memorizar solo aquello que interesa, una memoria selectiva que va a tope:
- ¿Te has enterado? Marian la pija lo ha dejado con el novio porque le estaba poniendo los cuernos con Patricia la de la cafetería. Y Marian le ha robado el móvil nuevo a Patricia y lo ha tirado a la fuente mientras le gritaba "puta, puta" en mitad del descanso y delante de toda la universidad. Y han subido el vídeo a internet. ¿Qué fuerte, no?
- Pues no sé de qué me hablas ni de quién. No estaba aquí ese día.
- ¿Cómo que no? ¿No sabes quién es Marian?
- Ni Patricia la-de-la-cafetería.
- Joder Loba, si hiciste una exposición con ellas hace un mes. ¡Mira que eres despistada! ¡No te enteras de nada! Llevan en clase desde primero.
- Pues no, no sé ni su nombre... pero es que tampoco me aportan nada, es que ni caigo en quiénes son. Me dan igual.
- Joder, la chica ésa que siempre viene con tacones a la biblioteca es Marian, ésa que habla como si llevara sopa en la boca. Y Patricia es la morena que siempre interrumpe en clase.
- ¡Ah, sí, ya caigo en quienes son! Pero me sigue dando igual la noticia: son malas personas, las dos, se les ve y a través de estos años no han hecho nada bueno, solo protagonizar cotilleos y criticar a los demás. No merecen que recuerde sus nombres, no me interesan.
Y así. Y me quedo más a gusto que un arbusto, tan fresca. Puedo vivir sin que me cuenten las últimas llamadas de atención de estas pavas.
Nunca había hablado de mi clase de la universidad: es como vivir en una estúpida película de institutos americanos, con su fiesta de graduación, sus sabotajes de ponche y todo.
Cuando salí de bachillerato pensaba que en la Universidad todo sería distinto, que se acabarían esos absurdos grupitos peleados entre ellos, que me tendría que ahorrar a esa gente que te mira por encima del hombro, que aunque no todos fuéramos íntimos habría cordialidad y respeto entre nosotros, que la gente que se ríe de ti por los pasillos y te critica habría madurado y se acabarían esos malos rollos.
Bueno, pues al entrar en la universidad descubrí una Verdad universal: Nena, a la Universidad entra la misma gente que acaba Bachillerato. Punto pelota. Ni hermandad ni buen rollo ni chufas en vinagre. La mis-ma.
Grupo 1: En clase hay un grupo de Pijas que te miran perdonándote la vida, se ríen a las espaldas de cualquiera que no va a la moda, no saludan a nadie y fingen que no existes. Serían las animadoras en un instituto de América, o las protas de Chicas Malas (algún día contaré por qué lo digo). Suelen estar interesadas en la moda y, curiosamente, en lo último de Belén Esteban. ¿Que cómo lo sé? Pues porque lo comentan en clase, puesto que tienen nulo respeto por el profesor. Sólo hablan conmigo cuando quieren apuntes y favores. Sus actitudes son de risa, como si se creyeran las reinas del insti y estuvieran siempre esperando al baile de graduación. Alguna buena habrá, pero yo no me la he cruzado. No me interesan.
Grupo 2: Luego están las poligoneras. Son majas a ratos, pero muy broncas. Conmigo tienen una relación de "no te veo; como mucho te saludo y te pregunto dudas, pero luego no tengo interés". Bien. Ellas me respetan, yo las respeto, pero ya.
Grupo 3: Luego hay otro grupo con el que me llevo muy bien. Son bastante heterogéneas y nos llevamos genial. Coincidimos el año pasado en la asignatura de Comunicación Audiovisual y desde entonces nos tenemos mucho cariño. Tenemos desde una chica un poco agitanada pero con corazón de oro hasta una súper responsable que quiere dedicarse al periodismo de decoración y que sueña con casarse con su chico cuando acabe la carrera. La verdad es que son un encanto todas, son majas y cariñosas, buenas estudiantes (la mayoría) y mu'modennas. Me encanta estar con ellas.
Grupo 4: Y luego está mi grupo. Que sinceramente yo no sé qué hago ahí y cada año lo sé menos. Como solemos juntarnos con el grupo 3 tampoco lo noto tanto, pero últimamente cada vez paso más millas de estar con ellas. Son infantiles y competitivas, las mejores estudiantes de la clase... pero aún así son algo envidiosas, y conmigo se han cebado a veces. Supongo que siempre fueron las "margis" del cole, a veces carecen de habilidades sociales y son muy cerradas y territoriales con sus amistades, siempre quieren destacar y quedar por encima, ser las números 1. Como no les paso ni una, y a veces opto por fingir que soy un poco broncas, no se meten conmigo ni se arriesgan a que les suelte un corte -que mira que me duele soltar pullas, pero si no, no puede ser-. Pero cuando hay chicos delante, o cuando alguna de ellas quiere destacar (que es muy a menudo) siempre tienden a ridiculizarnos a Sara y a mí. Sara las considera amigas-muy-amigas y sufre un poco, pero como la pasota soy yo... pues como si rabian de celos.
Grupo 5: los desconocidos. Aparecen una vez al cuatrimestre y luego se van, así que no me molesto mucho en hablar de ellos pues no los conozco. Suelo saludarles y ser maja, pero tampoco sé cuándo los voy a volver a ver.
Es triste que siga habiendo estas clasificaciones en clase y que se dediquen a hacerse la guerra unas a otras en 5º de carrera. Me parece muy tonto, sin sentido.
En fin. Este es el ambiente de mi universidad. Y allí vuelvo. Sinceramente, qué ganas tengo de dejar ya esta carrera y empezar Bellas Artes. ¡Cómo me ha decepcionado Periodismo, y cómo me ha decepcionado su gente! Pero nada, a acabar y a pelear como una jabata por tenerlo todo aprobado y salir de aquí de una vez...
viernes, 31 de agosto de 2012
Anonimato
Llevo varios días preocupándome por si alguien que me conoce en el mundo real encuentra este blog, y sobre todo preocupada por si descubre quien soy. Creo que sería tal el sentimiento de vergüenza y de intimidad violada que a veces me hace pensar "¡si tuvieras sentido común borrarías esa página!". Pero eso sería como recortar una parte de mí que está creciendo pelín a pelín, como borrar de sopetón las reflexiones que he hecho o los sentimientos que he ido teniendo desde que lo empecé y dejé aparcado mi cuadernillo de papel. Hace tiempo La Gata escribió un post sobre esto que he recordado hoy, y la verdad que te pillen un lugar tan personal como el blog debe ser traumático.
El anonimato. Espero no ser demasiado pava y dar pistas de mi nombre ni mi identidad real. Este blog es y seguirá siendo demasiado personal como para que yo deje de ser Loba, y además la capacidad que tienen los escritos privados de estropear todo tipo de relaciones es devastadora... pero igual de devastadora es la necesidad de cada uno de volcar sus miedos y cabreos en alguien. Y si además es una amiga, un amigo, mi pareja, o alguien muy cercano... seguramente ataría cabos sin ninguna complicación y pasaría automáticamente a leer cosas sobre ella misma que no podrían gustarle. Son esas cosas que no se dicen a nadie las que cuento en mi blog, esos pensamientos íntimos y privados que necesitamos expulsar de alguna manera porque si no nos acaban llenando de ponzoña. Esos pensamientos y sentimientos que causarían la destrucción de la Raza Humana si llegamos a alcanzar la capacidad para leer mentes.
Yo sé que mi ex, el Alcántara, tenía un blog personal. Me acuerdo del nombre y la dirección. Pero mi decisión rotunda y radical fue no entrar ahí BAJO NINGUNA CONDICIÓN. Nunca. Never. ¿Acaso ganaría yo algo más que satisfacer una curiosidad morbosa, y llevarme algún disgusto? No, y tampoco tengo intención de volverme a inmiscuir en su vida privada, aunque tenga un extraño y cruel deseo de enterarme de su mierda. Me parece amoral hurgar en las vidas de la gente que conozco, y más desde el anonimato, y más sabiendo que me va a decir de todo menos guapa. Paso.
Pero, si fuera al revés... ¿pasaría él de mi blog? ¿Lo utilizaría en silencio para enterarse de mi vida y airearla a los cuatro vientos? ¿Me podría llegar a chantajear con mis propios escritos? ¿Diría a todas y cada unoa de las personas de las que he hablado lo que he pensado de ellas o de sus actitudes en un momento?
La capacidad de destrucción de un blog personal no deja de agobiarme un poco.
Yo no tengo el blog entre mis páginas de favoritos ni tengo un marcador especial para él. El único error que he cometido en el mundo real ha sido estar con mi pareja en el ordenador y haber dejado la cuenta google de "Loba Feroz" abierta mientras usábamos el buscador. Nadie de mi entorno sabe que escribo en un blog, y mucho menos el nombre o dirección de éste. Ese es el mayor error que podría cometer, charrarlo y que alguien lo encontrara. Es como decir: voy a meter la mano en la boca de este cocodrilo a ver qué pasa. Error. La mayoría de gente es demasiado curiosa como para saber de la existencia de algo privado y respetarlo.
Si alguna de las personas de mi círculo me leyeran, yo cerraría esto. O borraría entradas. Desde luego ya no querría volver a escribir sobre mi vida, y me llevaría un disgusto horrible que duraría bastante tiempo. Seguramente perdería amistades y personas importantes de mi vida.¿Para qué escribir un blog entonces, si todo el mundo podría acceder a él?
Solo espero que nunca pase algo parecido, porque la verdad... sería una de las mayores putadas que pudieran hacerme.
lunes, 27 de agosto de 2012
Tal vez soñar
Últimamente sueño todas las noches; absolutamente todas. Y recuerdo lo que me ha ido rondando por la cabeza como si fuera una segunda vida repleta de rarezas e incoherencias. Lo peor es que tienen argumento aunque sean situaciones tan raras como podríamos imaginar.
¿Por qué yo siempre sueño y lo recuerdo?
Hoy era una conversación con mis amigos. Ayer soñé que volvía a estar en bachiller y que un compañero de clase me robaba el bolso y me decía que había sido el profesor, y yo acababa zurrándolo y pidiendo ayuda para quitarle mis cosas pero nadie venía a echarme una mano. Hace días yo era la piloto de un lobo robot -¿qué?- que protegía la última colonia de humanos, refugiados en una cueva en mitad del océano. En una ocasión soñé que era una huérfana que llegaba con los vikingos y a base de trucos y engaños conseguía que me aceptaran en su clan, me regalaron una espada y un caballo blanco que se llamaba Thorgrund (como veis me acuerdo hasta del nombre, y me acuerdo que si hubiera sido yegua se habría llamado Thorgred) y me hicieron bajar de la torre a luchar contra los no-muertos que querían comerse a todos. He perseguido en mariposas de luz que cambiaban de color hasta llegar a un acantilado. También he soñado que me echaban de mi grupo de amigos porque decían que no era graciosa y que no sabía hacerlos reír, y que me perseguían tirándome piedras. Otra noche soñaba que estaban Gandalf y Dumbledore tomando café en mi casa, hablando sobre cosas rarísimas, y yo asentía sin enterarme de nada. Hace poco yo estaba con Jon Nieve, combatiendo a Los Otros en el Muro. Poco después tuve una pesadilla en la que Chicombre y yo discutíamos por no se qué, y me desperté cabreada con él sin saber la razón hasta que caí en que nada había pasado. Sin contar los sueños verdes perturbadores que, o bien me han hecho despertar y sonrojarme, o bien sentir asco y ganas de vomitar. Varias veces he tenido pesadillas con zombis, y una noche soñé que me raptaba el de Saw (fue horrible y una experiencia traumática).
¿A vosotros os pasa? ¿Cuándo atacan los sueños a vuestro descanso?
He leído que tiene que ver con el estrés, o con preocupaciones, o porque atraviesas un periodo de tensión. Pues fíjate que yo estoy de vacaciones, vivo sin sobresaltos últimamente, no tengo problemas, y mis preocupaciones están al nivel de las de un oso panda comiendo bambú. A lo mejor alguno sí tiene que ver con ciertos pensamientos que han cruzado mi cerebro durante el día, o con sentimientos reales, pero la mayoría son un misterio. No entiendo por qué mi cerebro sigue funcionando de esta manera mientras duermo, y tampoco es que tenga muchos problemas con ello: descanso bien, no me siento agotada a lo largo del día, ni tengo pesadillas con un tema determinado sino que van variando y es una completa sorpresa acostarme cada noche.
Luego hay periodos en los que mi mente se relaja y no sueña nada. Periodos más largos o más cortos en los que me despierto con el cerebro en blanco y una extraña sensación de pérdida, porque me acabo acostumbrando a las aventuras surrealistas que mi subconsciente me monta cada noche para no aburrirse. Algún día contaré los sueños más rarunos que mi cerebro haya creado, pero hoy no.
¿Por qué hay gente que sueña y gente que no? ¿Tiene algo que ver con la cantidad de imaginación, o con un estado de ánimo concreto, o con la forma de ser y pensar de cada uno?
¿Tienen algún significado los sueños? ¿Puede esconderse mi futuro detrás de Gandalf y Dumbledore tomando té? ¿Tiene algo que ver conmigo una aldea de vikingos que vive en una torre en mitad de una tormenta de nieve? ¿Si sueño con un lobo robot significa que voy a morir en tres días?
Ay, cuántas dudas y qué pocas cosas me cuenta San Google para resolverlas.
domingo, 26 de agosto de 2012
Mi familia y otros animales: M.L.
M.L. es un ente lovecraftiano en sí mismo. Resulta que es una especie de prima de mi madre que vive por Utiel, con cuerpo y cara de calabaza, peluca y ojillos porcinos. Es soltera, vive sola desde que hace años murió su madre, y tiene una carencia de sentido común brutal. Todos los veranos sale de su pueblo para venirse unos días (que se nos hacen interminables a todos) a mi casa, llenándola de un extraño olor a heces y pestilencia rehogada en perfume de viejales. Por supuesto que si fuera una semi-viejecita adorable lo soportaríamos con agrado, pero es que M.L. es mucha M.L.
Lo primero que deberíais saber de ella es que es la PERSONA MÁS PESADA del planeta. Con deciros que mi padre compró el identificador de teléfonos para saber cuándo llamaba ella y así no cogerlo... en la conversación más simple, como por ejemplo preguntar si está mi madre en casa y si se puede poner, te atrapa 45 minutos mínimo. Empieza un INTERROGATORIO que debería ser estudiado por la policía, por CSI y por la CIA, de torturador y horripilante.
Por otra parte, parece que SU MENTE NO FUNCIONA COMO LA DEL RESTO de humanos. Dice todo, ABSOLUTAMENTE TODO lo que se le pasa por la cabeza, sin pensar. Además tampoco es muy inteligente y suele preguntar cosas bastante absurdas, o discutirle a todo el mundo cualquier cosa. Como muestra de ello, una conversación recién ocurrida.
Loba Feroz está tranquilamente en su cuarto intentando acceder al World of Warcraft, cuando le da por silbar cinco notas de la banda sonora del juego. De súbito se oyen unos pasos apresurados que suben la escalera, el olor precede a M.L. y Loba no sabe a qué se enfrenta. M.L. se para en la puerta, la abre y se queda mirando a Loba con sus ojos de cerdito fijos en ella. (CONVERSACIÓN 100% VERÍDICA).
- ¿Estabas silbando tú?
- ... sí.
- ¿Te gusta silbar?
- ... bueno, a veces silbo sin darme cuenta.
- Silbar es de hombres, allí en el pueblo solo silban los hombres.
- No sé, silbar podemos hacerlo todos.
- ¿Silbas a menudo?
- No sé... cuando me da por ahí...
Y se queda mirando a la joven con sus ojos fijos. Sin moverse. Sin retirarse. Solo la observa fijamente. El olor se hace cada vez más insoportable, y Loba decide girarse poco a poco hacia la pantalla... por si M.L. se da cuenta de que la conversación no da para más.
- Me gusta tu vestido.
- Gracias, M.L.
- Me gusta más que los pantalones que llevabas ayer. Eran de moro.
- Bueno, a mí me gustan.
- No te los pongas más que eso es de moro. Y silbar... bueno, no silbes mucho que no queda bonito.
Intento no caer en el bucle de 45 minutos hablando de pantalones, le digo cualquier cosa, a lo que ella responde con un monólogo bestial. Y se va a hablar con mi madre, a repetirle todo lo que me ha dicho. Tal como vino. FIN. Menos mal.
Bueno, supongo que esta no es la conversación más extraña que hemos tenido. Recuerdo aquella en la que me decía que era mi obligación como hija única casarme por la iglesia porque si no le quitaría la oportunidad de ver a su hija bendecida por dios y vestida de blanco. También fue surrealista cuando salió a remojar la peluca en la piscina. No puede comer si no es a las 14:05 justas, porque dice que si no el estómago se le cierra dos días. O cuando me preguntó hace un par de días si me había puesto pantalones cortos porque me gustaba enseñar las piernas.
Ayer vino un amigo a mi casa y le llamó gordo, feo y desgarbado... sin querer, claro. Así como quien no quiere la cosa. "Uy, a tí te conozco, me suena tu cara... ah, sí que tienes una cara muy peculiar, sí, supongo que ya te lo han dicho. Pero estabas más delgadito, ¿eh? No tenías esa tripa. Bueno, al menos la cara sigue igual, ya sabes... un poco rara, peculiar, sí. Por eso te reconozco. A ver, da una vuelta. Sí, sí. Como eres tan alto no tienes movimientos muy fluidos, ¿verdad? Claro, no los tienes. ¿Qué estudias? ¿Tus padres trabajan? ¿Dónde vives? ¿Desde cuándo conoces a Loba? ¿Hiciste la comunión? ¿Tienes novia?..." etc etc etc. El pobre no sabía dónde meterse.
Cuando no estaba con nadie, empezó a hacerme preguntas de lo más extrañas: que si mi novio futuro hablaría en español, que si me lo buscaría rico, que si iba a ser del PP o del PSOE... Brutal. Imaginaos ahora que sabe que estoy con alguien. Creo que jamás en la vida sufriré un examen tan exhaustivo.
Lo cierto es que toda la familia conoce ya sus salidas de tono y su falta de sentido común (aunque luego tiene momentos en los que es maja y eso) y nadie le hace mucho caso. Por eso a mi madre le da pena y se la trae, aunque cuando se vaya acaba con unos ataques de estrés brutales y se pasa dos días echando humo por las orejas. La verdad es que no entiendo nada.
Al menos agradezco que no vivamos muy cerca, porque sería un tremendo sufrimiento.
Lo primero que deberíais saber de ella es que es la PERSONA MÁS PESADA del planeta. Con deciros que mi padre compró el identificador de teléfonos para saber cuándo llamaba ella y así no cogerlo... en la conversación más simple, como por ejemplo preguntar si está mi madre en casa y si se puede poner, te atrapa 45 minutos mínimo. Empieza un INTERROGATORIO que debería ser estudiado por la policía, por CSI y por la CIA, de torturador y horripilante.
Por otra parte, parece que SU MENTE NO FUNCIONA COMO LA DEL RESTO de humanos. Dice todo, ABSOLUTAMENTE TODO lo que se le pasa por la cabeza, sin pensar. Además tampoco es muy inteligente y suele preguntar cosas bastante absurdas, o discutirle a todo el mundo cualquier cosa. Como muestra de ello, una conversación recién ocurrida.
Loba Feroz está tranquilamente en su cuarto intentando acceder al World of Warcraft, cuando le da por silbar cinco notas de la banda sonora del juego. De súbito se oyen unos pasos apresurados que suben la escalera, el olor precede a M.L. y Loba no sabe a qué se enfrenta. M.L. se para en la puerta, la abre y se queda mirando a Loba con sus ojos de cerdito fijos en ella. (CONVERSACIÓN 100% VERÍDICA).
- ¿Estabas silbando tú?
- ... sí.
- ¿Te gusta silbar?
- ... bueno, a veces silbo sin darme cuenta.
- Silbar es de hombres, allí en el pueblo solo silban los hombres.
- No sé, silbar podemos hacerlo todos.
- ¿Silbas a menudo?
- No sé... cuando me da por ahí...
Y se queda mirando a la joven con sus ojos fijos. Sin moverse. Sin retirarse. Solo la observa fijamente. El olor se hace cada vez más insoportable, y Loba decide girarse poco a poco hacia la pantalla... por si M.L. se da cuenta de que la conversación no da para más.
- Me gusta tu vestido.
- Gracias, M.L.
- Me gusta más que los pantalones que llevabas ayer. Eran de moro.
- Bueno, a mí me gustan.
- No te los pongas más que eso es de moro. Y silbar... bueno, no silbes mucho que no queda bonito.
Intento no caer en el bucle de 45 minutos hablando de pantalones, le digo cualquier cosa, a lo que ella responde con un monólogo bestial. Y se va a hablar con mi madre, a repetirle todo lo que me ha dicho. Tal como vino. FIN. Menos mal.
Bueno, supongo que esta no es la conversación más extraña que hemos tenido. Recuerdo aquella en la que me decía que era mi obligación como hija única casarme por la iglesia porque si no le quitaría la oportunidad de ver a su hija bendecida por dios y vestida de blanco. También fue surrealista cuando salió a remojar la peluca en la piscina. No puede comer si no es a las 14:05 justas, porque dice que si no el estómago se le cierra dos días. O cuando me preguntó hace un par de días si me había puesto pantalones cortos porque me gustaba enseñar las piernas.
Ayer vino un amigo a mi casa y le llamó gordo, feo y desgarbado... sin querer, claro. Así como quien no quiere la cosa. "Uy, a tí te conozco, me suena tu cara... ah, sí que tienes una cara muy peculiar, sí, supongo que ya te lo han dicho. Pero estabas más delgadito, ¿eh? No tenías esa tripa. Bueno, al menos la cara sigue igual, ya sabes... un poco rara, peculiar, sí. Por eso te reconozco. A ver, da una vuelta. Sí, sí. Como eres tan alto no tienes movimientos muy fluidos, ¿verdad? Claro, no los tienes. ¿Qué estudias? ¿Tus padres trabajan? ¿Dónde vives? ¿Desde cuándo conoces a Loba? ¿Hiciste la comunión? ¿Tienes novia?..." etc etc etc. El pobre no sabía dónde meterse.
Cuando no estaba con nadie, empezó a hacerme preguntas de lo más extrañas: que si mi novio futuro hablaría en español, que si me lo buscaría rico, que si iba a ser del PP o del PSOE... Brutal. Imaginaos ahora que sabe que estoy con alguien. Creo que jamás en la vida sufriré un examen tan exhaustivo.
Lo cierto es que toda la familia conoce ya sus salidas de tono y su falta de sentido común (aunque luego tiene momentos en los que es maja y eso) y nadie le hace mucho caso. Por eso a mi madre le da pena y se la trae, aunque cuando se vaya acaba con unos ataques de estrés brutales y se pasa dos días echando humo por las orejas. La verdad es que no entiendo nada.
Al menos agradezco que no vivamos muy cerca, porque sería un tremendo sufrimiento.
lunes, 20 de agosto de 2012
The bear and the maiden fair
Escribiendo, escribiendo otra vez.
Tenía una historia en mente hacía tiempo. Una imagen de una descastada que montaba en un oso de ojos amarillos.
Creo que por fin la tengo.
Ahora a escribir, antes de que la historia se me escape de entre los dedos.
Ahora a pensar, a reflexionar y a retorcer argumentos e hilos para que me lleven a buen puerto
Tenía una historia en mente hacía tiempo. Una imagen de una descastada que montaba en un oso de ojos amarillos.
Creo que por fin la tengo.
Ahora a escribir, antes de que la historia se me escape de entre los dedos.
Ahora a pensar, a reflexionar y a retorcer argumentos e hilos para que me lleven a buen puerto
__________________________________________________________________
Creo que tras la entrada anterior merezco hablar más acerca de Chicombre. Porque me da la sensación de que lo he dejado en muy mal lugar. Él inspiró esta entrada. Yo no soy fácil de conseguir, y mucho menos fácil de conservar. ¿Cómo es que estoy con Chicombre, si tenía esas cosas tan feas de las que tanto me quejo? Y es que soy una quejicosa, lo reconozco, y me gusta pintar drama donde no debería.
Chicombre es, ante todo, un caballero. Es amable, y atento, aunque alguna vez haya tenido un resbalón -como en el Costa de Fuego, por ejemplo, no me olvido-. Es de ésos que te corren la silla cuando te vas a sentar aunque lo hace con una bromilla para que no pienses que es un tontaina fuera de época. Es de los que se preocupan por esperar a que entres en casa cuando te dejan con el coche, y de los que te abrazan por la noche cuando piensan que tienes frío.
Es una gran persona que se preocupa por los sentimientos de los demás más de lo que yo misma pensaba. Cuando algo puede herirme y se da cuenta, lo cambia sin que yo se lo pida. Me cuida con actos y no con palabras, y eso cuesta verlo hasta que de repente lo notas. Eso me ha pasado a mí. Puede que no sea muy sobón, o muy espontáneo para mimarme... pero se deja abrazar como si fuera un peluche, y cuando me voy a quitar me pide que me quede y que lo apriete bien fuerte. Nota que me voy y entonces él responde. Estas vacaciones me ha dicho que se ha dado cuenta de que eso me hace ser menos cariñosa, y que no quiere que cambie mi actitud porque él parezca pasota... dice que aunque no pueda ser el hombre más amoroso del mundo, me dará el doble de abrazos que me ha dado hasta ahora cada día. ¿Es o no un sol?
Además, Chicombre es culto. Es de esas personas que pueden hablar de cualquier tema, y a mí personalmente eso me encanta. Me podría pasar horas escuchándolo hablar de plantas, o de sus viajes, o de su vida... y eso no me había pasado nunca -bueno, con mi padre, que también sabe mucho-. Para mi cerebro Ravenclaw eso es un gustazo, y me encanta. No creo que sea más inteligente que yo, ni tampoco menos. Eso es perfecto.
Chicombre cree en el amor y en los finales felices. Me dice que si he llegado hasta a él ha sido porque el destino era así. Que cuando me vio y me preguntó si quería croquetas, y yo acepté, se dio cuenta de que eso solo pasa una vez de cada mil. Dice que desde entonces no tiene miedo a mostrarse tal y como es, y menos conmigo. Que no quiere que me vaya a comer croquetas con nadie más.
Es activo, le gusta la naturaleza, los animalejos... pero sobre todo las plantas. Le chiflan las plantas. Tiene un huerto con un amigo que va a cuidar todas las semanas, y que da unos tomates buenísimos. Le interesa el medio ambiente, la fotografía y el cine. Y dar largos paseos. Y vivir cada día como si fuera diferente.
Chicombre, cuando apaga la lamparita, me da un beso y me pide que no me vaya nunca. ¿A que eso no os lo había contado?
Y los lectores dirán: Bueno, bueno, muy bonito todo... y sobre los temas que te preocupaban, Loba, ¿ya te has olvidado?
¡Claro que no!
Sobre el tema SEXO: Jugué una baza muy importante y difícil: la comunicación. No fui directa al grano sino que tomé la senda tortuosa. En vez de hablar de "lo nuestro", hablé de mí. En vez de decirle "quiero que hagas esto", le dije "yo prefiero hacerte disfrutar porque me gusta, y ahí se ve cuando realmente quieres a una persona... cuando te preocupas por ella más que por tí mismo".
Creo que, afortunadamente, captó la idea. Y se lo tomó un poco a la tremenda: "¡PERO SI YO ME PREOCUPO POR TI TAMBIÉN!", me dijo. Y automáticamente... voilá. Parece que en su cabeza algo hizo "click" y se acordó de que a las chicas nos gusta el sexo oral, y de muchas otras cosas que le había dicho. Sin decirle nada ha pegado un cambio de 180º... y la verdad es que me ha pillado de sopetón. ¡Vaya con el señor! Quizá solo le hacía falta una pequeña conversación y algunas directrices para que se solucionara el temita.Y esto ha ejercido un efecto "descanso psicológico" en mí que me ha hecho relajarme y disfrutar. Y eso también ha sido una enorme diferencia.
Sobre el tema "sentirme valorada": He de reconocer que mi síndrome pre-menstrual es terrible. ¿Alguna vez os habéis sentido aisladas, solas, deprimidas, incomprendidas, infravaloradas, etc etc antes/durante esos días del mes? Pues ahí me encontraba al escribir esa entrada tan TRIIIIISTE y un poquito injusta acerca de todo. No diré más aparte de que el drama fue exagerado. Punto.
Y los lectores dirán: "claro, claro, esto es que se va a vivir con él"
Y yo os contesto: ¡Pues no, señoritos! Sigo pensando en hacer las cosas poco a poco, aunque Chicombre quiera que me vaya con él cuanto antes mejor, tendrá que seguir demostrando que es un caballero, buena persona, preocupado, gentil, y sobre todo... que me quiere.
Y cuando yo me sienta segura, ya veremos lo que pasa.
Pero sentía que tenía una deuda con él muy grande. Enorme. Que lo había tratado con mucha injusticia aquí y he empañado su imagen hasta que casi parece una sombra. Rectificar es de sabios... Y no quiero que nadie se quede con esa imagen de él porque es un tío maravilloso.¡Que por algo estoy con él, copones en vinagre!
domingo, 19 de agosto de 2012
He vuelto y he sobrevivido!
Ese es el gran notición del día. Este, y que en Murcia hace un calor de Satán.
Ha sido un viaje genial... la verdad es que estoy muy feliz. Todo ha salido millones de veces mejor de lo esperado, y además he visto cómo mejoraban muchísimas cosas de las que me preocupaban simplemente dando tiempo, paciencia y confianza.
He estado en Elche, que me ha parecido una ciudad preciosa, con sus palmeras y su lecho de río lleno de vegetación. Desde allí nos fuimos a la zona de Almería, Níjar concretamente... que me ha parecido MUY FEO. Horrible. Que no se me ofenda nadie, pero el paisaje del sur de Murcia es desolador: todo seco y árido, ni un solo árbol en kilómetros a la redonda, pero mucho mucho mucho plástico. Horroroso. Eso sí, las playas lo compensan (mucho más tranquilas que en Valencia, y mil veces más bonitas y agrestes). Y los pueblecitos blancos con sus construcciones típicas de la zona me han encantado. Pasamos por un pequeño asentamiento llamado Hortichuelas (o algo así) que me pareció encantador, como un oasis en medio del desierto. En realidad me he maravillado por ver cuánta diversidad ecológica y ambiental tenemos en España, y ni siquiera parece que nos demos cuenta. Y después he pasado un par de días en Murcia, en el Leyendas del Rock. Una pasada ver vibrar a tanta gente, respirar tanto buen rollo y ver Avalanch, Dunedaïn o Stratovarius. Lo he disfrutado muchísimo, como una cría.
Además de esto, el viaje me ha unido más a Chicombre. Me ha hecho olvidarme de esa sensación de frustración que tenía encima, y parece que él se ha dado cuenta de cómo deben de ser las cosas en una relación de pareja. Es culto, sabe de todo, podemos hablar de cualquier tema, me trata como a una reina... he aprendido que debo dar oportunidades, seguir el camino para llegar al destino que busco. Han sido unos días geniales en los que se han ido nuestros problemas y todo ha sido perfecto. Me he sentido valorada, deseada y querida, y me he dado cuenta de que he sido un poco dura al juzgarlo. Además en estos días me ha dicho que ha sido consciente de la suerte que tiene por el efecto comparación: él ha visto cómo se trataban las otras parejas y se ha alegrado de que nosotros no seamos así... Lo cierto es que estoy muy feliz, estos días han sido perfectos. Además yo me he atrevido a hablar de mis sentimientos y pensamientos abiertamente sin preocuparme por nada, y él ha tenido mil detalles conmigo. Me siento más querida, más segura... y eso es bueno.
Y...
Y hay otra cosa...
...¡Chicombre me ha pedido que nos vayamos a vivir juntos!...
Otra chica estaría encantada, pero yo no quiero precipitarme: llevamos solamente 5 MESES en esta relación y tengo miedo de que todo se vaya por la borda por correr demasiado. Es un poco locura, ¿verdad? Él dice que no, que realmente si tiene que funcionar da igual ahora que dentro de 100 años. Además yo nunca he vivido fuera de casa de mis padres aunque siempre he querido hacerlo, y ahora que se me presenta la oportunidad me da un poco de vértigo, ¿a vosotros no os ha pasado? Uf, estoy dudando... creo que me ha pillado muy de sopetón, y sería un paso de gigante para mí. Tengo miedo de que las cosas se vayan por la alcantarilla por no saber convivir con otra persona, o que de repente nos demos cuenta de que no somos compatibles... Por otra parte, si me quiero ir de casa tengo que compartir piso, y teniendo una pareja que vive sola me parece absurdo irme con completos desconocidos.
Por eso le he dicho que espere, que si tenemos que hacerlo, que sea de forma paulatina: me voy unos días, me voy una semana... así, poquito a poco, probando.
Por otro lado estoy un poco cagada por cómo se lo vayan a tomar en casa en caso de que me decida por el sí. De primeras no creo que vaya a reunir fuerzas para decirles: "oídme progenitores, me voy con Chicombre -al que aún no conocéis- a vivir, aunque lleve 5 meses con él" Me parece una burrada. Además no hace falta insistir en que soy hija única para lo bueno y para lo malo, y esto podría alcanzar la proporción de DRAMA en 15 nanosegundos desde que anuncie mi vuelo del nido.
¡Ains!
Yo qué sé. Veo que nuestros vínculos se están fortaleciendo muchísimo, aunque a mi blog solamente haya venido a contaros mis penas y pesares, y no seáis totalmente conscientes de cómo es Chicombre. Solo diré que desde que hablé con él un par de cositas y me he relajado lo suficiente, estoy MUY feliz con él. Que no todas las culpas las tiene la otra persona... yo también soy demasiado exigente y me creo que todo tiene que ser perfecto como en las películas. Y no es así. Creo que a su lado estoy creciendo como persona, y que aunque en algunas cosas somos diferentes, nos llevamos de puta madre y hay una gran complicidad entre nosotros.
¡¿Qué hago, coleguis?!
Dadme vuestra opinión sensata: ¿Opto por la cobardía o me tiro a la piscina a ver qué pasa? ¿Busco lo intermedio como he dicho antes? ¿Sucumbo ante la presión familiar? ¿A qué huelen las nubes?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)