sábado, 26 de mayo de 2012

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO

Una de mis mayores pasiones es leer. Y creo que entre mis sagas favoritas está Canción de Hielo y Fuego (Juego de Tronos para quienes hayan caído en las redes a través de la aclamadísima serie de TV de la HBO). Y es que soy muy friki de esta saga, tanto (o más) como lo fui en mi preadolescencia de Harry Potter.

En el resumen de la contraportada del primer libro, Juego de Tronos, tenemos el siguiente texto de introducción:

LA NOVELA RÍO MÁS ESPECTACULAR JAMÁS ESCRITA
"Tras el largo verano, el invierno se acerca a los Siete Reinos. Lord Eddard Stark, señor de Invernalia, deja sus dominios para unirse a la corte de su amigo el rey Robert Baratheon, llamado el Usurpador, hombre díscolo y otrora guerrero audaz cuyas mayores aficiones son comer, beber y engendrar bastardos. Eddard Stark ocupará el cargo de Mano del Rey e intentará desentrañar una maraña de intrigas que pondrá en peligro su vida y la de todos los suyos.

En un mundo cuyas estaciones pueden durar decenios y en el que retazos de una magia inmemorial y olvidada surgen en los rincones más sombríos y maravillosos, la traición y la lealtad, la compasión y la sed de venganza, el amor y el poder hacen del juego de tronos una poderosa trampa que atrapará en sus fauces a los personajes... y al lector."


¿Qué tiene Canción de Hielo y Fuego?

Lo primero, una historia fascinante, seria y adulta, llena de giros argumentales que no te esperas. En sus páginas hay miles  de detalles cuya importancia no se aprecia hasta una segunda lectura, que no se hace pesada sino más enriquecedora todavía. Estoy enamoradísima de esta saga tan profunda y densa, que parece incluso tener filosofía y reflexiones acerca del poder, de la vida, de la naturaleza del ser humano. Y es que Canción no es un libro de fantasía, aunque esté ambientada en un mundo inexistente y un contexto medievalista... es mucho más. Es madura y compleja, apasionante, a veces perturbadora por la crudeza del relato y la cantidad de mierda que le ocurre a cada uno de los personajes.



Porque eso es otra cosa, está lleno de personajes inolvidables y profundamente humanos que siempre sorprenden con sus actitudes, y que parece que nunca llegamos a conocer del todo. No hay buenos y no hay malos. Nada es blanco o negro, sino que todo es absolutamente gris (excepto, quizá, un par de personajes sádicos o sociópatas dignos de la mayor película de terror) y cuando parece que ya sabes qué camino tomarán... maduran, cambian, sufren, se enamoran, odian o conjuran... de manera que están en una permanente evolución y crecimiento, en una espiral de pasiones. Y asistes impotente a  un baile letal por el poder, por la supervivencia, o por cualquiera que sea el objetivo de tu elegido. Un juego donde todos nuestros personajes favoritos pueden caer muertos en cualquier momento, pueden ser atacados al llegar a la siguiente esquina, pueden ir hundiéndose en el barro y ser pisoteados por otros a los que amas igual que al vencido.

Respecto a la "fantasía", hay algo que decir... y es que su autor la maneja como quien caza a una serpiente venenosa: lejana, peligrosa, sin acercártela porque sabes que es nociva. Estamos hartos de libros de fantasía donde sabes que jamás pasará nada trepidante porque "bueno, vendrá un mago, lanzará una bola de fuego y matará al ejército de monstruos y salvará al protagonista, que además es El Elegido para el triunfo del Bien". NO. Como dice el escritor, "la magia no puede ser un Deus ex machina que lo arregle todo". No hay "elegidos", solo personas que viven y mueren en la oscuridad de su tiempo. Es más, aquí apenas hay nada sobrenatural, eso quedó en las leyendas y en los cuentos de las viejas... pero sí hay "algo" que se mueve, que despierta, que provoca terror como provocaba en nuestra propia edad media. Una amenaza olvidada que resurge en el Norte, humanos con la facultad de leer el futuro en las llamas, devolver la vida a los muertos. Aquí no hay bolas de fuego ni demás idas de olla dignos del divertido juego de rol de Dungeons and Dragons. Eso caga las historias mejor contadas, y George lo sabe. En Canción de Hielo y Fuego la "magia" es algo primitivo, olvidado, obsceno y terrible... incluso aterrador. La guerra no es solo épica y digna de canciones, sino que es terrible, es hambruna, es muerte, es devastación... es real. El sufrimiento ante el juego bélico de sus señores se refleja de forma magnífica en estos libros, no como las historias de fantasía épica nos tienen acostumbrados.



Admiro a su autor, George RR Martin, por crear un universo tan lleno de mitología, cuentos e historias que hacen un contexto cultural tan creíble y rico. Cada zona tiene sus propios héroes y leyendas, aderezados con la realidad o con la imaginación, y que crean una red de culturas casi inabarcable. Religiones animistas se mezclan con el fanatismo, el monoteísmo, la tolerancia, zonas arrasadas... creando un maremágnum de creencias que rigen las vidas de aldeanos y nobles. Junto con esto, un millón de misteriosas historias y secretos guardados que vamos descubriendo poco a poco de la mano de Martin.

Otro punto es que además que el tiempo de la historia va corriendo hacia adelante, vamos conociendo hacia atrás. Me explicaré: conocemos la Guerra de Robert por flashbacks y pensamientos de los protagonistas, pero no hay un narrador omnisciente que te guíe o te diga unas informaciones categóricas sobre nada. En tu mente vas formando tú mismo la idea de la Historia de Poniente y de Más Allá del Mar Angosto, a través de lo que saben los distintos personajes o por conversaciones. Claro, que cada uno tiene un punto de vista...

Además Martin es capaz de llevar 37 hilos argumentales a la vez, millones de detalles, cientos de personajes secundarios... es alucinante la complejidad que va adquiriendo el relato conforme pasamos Juego de Tronos y nos adentramos en Choque de Reyes, Tormenta de Espadas y Festín de Cuervos. Cada vez entran a escena más casas nobles, más secundarios, más vasallos, más intrigas. Es necesario prestar bastante atención a las sutilezas  y los movimientos de cada uno para no perderse entre las estratagemas políticas.

En definitiva, que he hecho un texto muy enrevesado: que lo leáis. Que no os conforméis con la serie de televisión (aunque a mí me encanta, la verdad) porque por falta de tiempo y por problemas de dinero, no pueden explicar millones de cosas y se saltan muchas partes necesarias para el desarrollo correcto de las tramas. Es una pasada de libro, os lo aconsejo encarecidamente a todos... ¡no os defraudará!


2 comentarios:

  1. Una de las mejores reseñas que he leído. Soy fanática de Canción de Hielo y Fuego, también me gusta la serie, aunque soy un poco fanática purista y ciertos cambios me decepcionan. Para mí es la fantasía épica del siglo XXI, visceral, coral, dinámica, intrincada, y sobre todo, fascinante y adictiva. ¡Estoy deseando leer Danza de Dragones!

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  2. sii! yo también soy fanática de los libros (son perfectos, simplemente) y me pasa lo mismo con la serie... hay algunos cambios que, a pesar de que los comprendo y algunos no me molestan, me rompen los esquemas de una historia tan bien hilvanada como la que nos cuenta Martin.

    Como tú dices, es la fantasía épica del siglo XXI. Mola porque no solo está en los libros, sino también ha empezado en videojuegos como el Skyrim o el Dragon Age... que sinceramente me parecen obras maestras.

    ¡Yo esta semana me voy a reservar el libro de Danza! ¡A ver si hay suerte!

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