jueves, 18 de octubre de 2012

El chino capuchino

Hoy he dado mi primera clase. De chino.

Yo no sé cómo me meto en estos fregaos... en parte sí: me gusta ponerme a prueba a mí misma y a mis capacidades. No sé si eso tiene un nombre entre los pecados capitales de la Biblia, pero vamos a pasar del tema. Supongo que otras de las razones principales son que me gustaría conocer una lengua que poca gente sepa y que tenga oportunidades de futuro (no negaremos que algún día los chinos dominarán el mundo), y que me interesa conocer culturas lejanas que poco tienen que ver con la nuestra, o con las mediterráneas que ya conozco. ¿Qué mejor que el idioma de más allá de los Urales?

Un día, cuando aún no había decidido si llevar a cabo este paso, se me ocurrió comentárselo a Minh-hai, que es uno de los camareros de un restaurante (chino, lógicamente) que hay cerca de mi casa. El tío, que es un cachondo y un tiracañas, me dijo dónde podría apuntarme y sin muchas sutilezas me mencionó que podríamos quedar a practicar el tema de lo oral, que mis ojos son muy bonitos, muy despiertos (no sé yo si me ha visto bien porque suelo llevar una cara de empanamiento fuera de lo normal) y que de lo lista que soy no me costará nada aprender... No hace falta que os cuente que el tal Minh-Hai -además de ser guapo a rabiar- es un adulador total y un experto en tirar trastos, atrapar presas y mojar el churro con cualquier chica. Ya en el instituto tenía la licenciatura en "seducir féminas" y lo considerábamos el tío más ligón del pueblo sin nadie que le hiciera competencia. Le tira los tejos hasta a mi madre, si te descuidas hasta a mi abuela. Lo mejor es que cae genial te diga lo que te diga porque todo lo dice con una sonrisa RADIANTE y con una gracia que sería la envidia de los sevillanos... vamos, que en realidad es un encanto y casi pasa desapercibido que es como los perros: siempre intentando meterte el morro en los bajos. El caso es que me apunté donde Minh-hai me recomendó, a ver qué tal me iba. La verdad es que el chico me aconsejó bien, y parece que es el lugar que mejor calidad de enseñanza tiene de la ciudad, no es caro y el profesorado tiene gran prestigio. No, no he ido a practicar el oral con él. ¡Por si alguien lo dudaba! 

Yendo hoy hacia allá iba rumiando conmigo misma que en menudos líos me meto, que si menudas ideas de bombero tengo, que quién me mandaba a mí apuntarme a algo tan difícil... He llegado un poco tarde por culpa de los metros, así que encima iba pensando que me habría perdido ya desde el principio y que no iba a pillar nada durante toda la clase.

PUNTO 1: la profesora es BRU-TAL. Es una taiwanesa llena de energía, súper risueña, que gesticula muchísimo (como Stan del Monkey Island). Su nombre significa "alegría" y no podrían haberle puesto un nombre que casara mejor con su personalidad. Se ha pasado la clase riendo, habla muy rápido en castellano con acento chino, y es buenísima explicando. No podía haber tenido más suerte. Realmente ha conseguido entusiasmar a la clase y quitarnos tensión al pronunciar.

PUNTO 2: me he sentado al lado de una tía que es lerda total. Pero tonta, tonta, tonta del culo. "Oish, yo me he apuntado porque me dan ocho créditos" me dice, con acento de pija súpertotaldivino. "Estaba segura de que yo sería la única chica normal en la clase, jajaja. Pensaba que todos iban a ser unos frikis de ésos que ven manga y juegan al ordenador y todo eso, jajaja ¿te imaginas?". La he fulminado con la mirada y le he dicho "tenías que haber visto cuando se me ocurrió apuntarme a japonés. Fue como la convención del World of Warcraft". Obviamente, es una pedazo de trola con cierta mala baba... -¡nunca he estado en una convención del World of Warcraft!- pero no me gusta que una persona trate a otras con tanto desprecio, y más cuando yo soy bastante friki y sé lo que han sufrido muchos compañeros del colegio por no ocultar sus aficiones. Ha abierto mucho los ojos ante mi contestación y me ha dicho "uys, pero si tú eres una chica super normal, tía". "Bueno, todos los de aquí lo somos". He decidido que la próxima clase me sentaré al lado del chico que llevaba la camiseta de Dio, al menos tendremos tema de conversación.

PUNTO 3: nos ha puesto esta canción, que se llama Flor de Jazmín (el título en chino es Mò lì huā, y ya sólo de leerlo en voz alta nos meábamos de risa) de, textualmente, el Manolo Escobar de allí. La profesora nos decía "os suena a chino, eeeeh?" y se partía de una forma que nos contagiaba a todos. Ya cuando nos ha hecho cantar, no os cuento. Muy buen rollo. 


PUNTO 4: yo pensaba que iba a resultarme más difícil engancharme, pero la verdad es que -aunque es difícil, sobre todo la pronunciación- he conseguido engancharme bastante bien y hacer los ejercicios con un éxito rotundo. ¡Qué bien! El mérito es de la profesora, porque ya quisiera haber tenido maestros así en el colegio o en la universidad, se nota que le gusta su trabajo y que disfruta, nos transmite sus conocimientos rápida y precisa, se detiene a explicar cuantas veces sea necesario y le da un ritmo genial a la clase. Acapara la atención de todos. Supongo que conforme avancemos se irá haciendo más y más difícil, pero por ahora tengo todo un año por delante para aprender y avanzar me hace ilusión. 



PUNTO 5: hemos avanzado mucho en las 3 horas que hemos estado. La pronunciación, algunos trazos básicos de gramática, los tonos... Es mucha información, pero muy amena y muy interesante.




Vamos, que he aprendido varias cosas. La primera, que los tópicos del asiático serio, lejano, que no quiere relacionarse y prefiere estar casi ausente... es mentira. ¿Cómo nos tendrán a los españoles ellos? Supongo que vagos, vividores y de palabra poco confiable. En fin, le preguntaré sobre el tema si alguna vez tengo ocasión. Me da la sensación de que muchas veces nos fijamos más en lo que nos divide que en lo que nos une, y es una costumbre un poco despreciable.




¡Zàijiàn! (o adiós, para los amigos)




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Gracias por vuestros comentarios en la entrada anterior... ¡Al final no ha sido nada! Como explico en mi comentario de contestación:  "No tiene solución (es para toda la vida), pero que no parece nada fuera de lo normal. Es que en algunos puntos del líquido interior del ojo, se ha condensado, y al entrar mucha luz éstos "grumitos" hacen sombras.. me ha dicho que los miopes tenemos más posibilidades de lo de las "mosquitas volantes" ésas. ¡Pues eso! Muchas gracias por vuestras palabras de ánimo. ¡Qué mala que es la imaginación en estas cosas!

¡Ah! Y creo que ya no está lo de la verificación de palabras, así que espero que no tengáis más problemas ;)

3 comentarios:

  1. No eres la única que se mete en esos fregaos. Hace unos años yo también empecé a estudiar chino mientras hacía una carrera que no me gustaba. Pero luego me cogieron en Periodismo en otra ciudad y me mudé, dejando el chino abandonado. También empecé a estudiar árabe, y también lo tuve que dejar por motivos similares. Y ahora que estoy en Alemania intentando aprender alemán me estoy planteando darle una oportunidad al japonés. Como ves no estás sola =)

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    1. ¡Uf, en alemania aprendiendo aleman y además pensando en japonés! ¡son radicalmente distintas!

      Yo fui un par clases de japonés el año pasado... pero el profesor no parecía tomárselo muy en serio, y la verdad es que tampoco tenía mucho don para transmitir. Lo dejé porque además yo prefería aprender chino. Supongo que ambas son lenguas que necesitan una inmersión lingüística total para que podamos hablarlas bien... los españoles somos muy duros de oreja, jajaja.

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